miércoles, 29 de agosto de 2007

João Pedro Stedile: Los retos de la izquierda y el movimiento social

Kostas Athanassiou.- Entrevista con João Pedro Stedile, integrante de la coordinación nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil.

1. El 5o Congreso Nacional del MST parece que marcó un nuevo concepto de la Reforma Agraria, que corresponde a una nueva etapa del capitalismo en Brasil. ¿Podría Ud. explicarnos más sobre este concepto?

El MST nació en un contexto de la lucha de clases en Brasil que combinó varios factores en los anos 70/80. Entró en crisis el modelo de desarrollo industrial dependiente. Hubo un ascenso del movimiento de masas. La lucha de la sociedad contra la dictadura militar. En ese marco, nacimos con muchas luchas sociales. Pero desde el punto de vista programático, creíamos que era posible realizarse una reforma agraria, de tipo clásico. O sea, que pudiera democratizar la propiedad de la tierra, desarrollar el mercado interno, distribuir riquezas. O sea, era un programa democrático y republicano. Pero, con la derrota de las fuerzas sociales y de izquierda por el neoliberalismo, en todo el mundo y en Brasil, a partir de la década de 90, el capital internacional y financiero pasó a dominar nuestra economía y por ende, en los últimos años, también la producción agrícola. En ese nuevo modelo económico que subordina nuestra economía al capital internacional y financiero, la burguesía brasileña abandonó cualquier proyecto de desarrollo nacional. Y con ello se ahogó cualquier posibilidad de un proyecto de reforma agraria volcado al mercado interno. Así, la lucha por la reforma agraria ahora, entra en nuevo camino. La reforma agraria, no basta que sea democrática y republicana, tiene que ser anti-neoliberal, antiimperialista. Esas fueron las reflexiones que hicimos en los últimos tres años y que culminaron en el evento del congreso, al que tú asististe. De allí, hemos construido un nuevo concepto de reforma agraria, que ahora necesita ser una reforma agraria popular.


2. “Socialismo”, la Internacional, contra el “Estado burgués”, contra la “propiedad privada”, “en el capitalismo no puede hacerse una Reforma Agraria verdadera”: el MST utiliza un discurso que ofrece mucha esperanza a la gente de izquierda. En el mismo sentido, Ud. habla sobre un reflujo del movimiento, ligando su reascenso a la acumulación de clase como un todo en torno de un programa alternativo para la sociedad de Brasil. Sin embargo, han surgido posturas que sostienen que los movimientos tienen ciertos límites y hay que ocuparse en cosas concretas (o sea “parciales”, “sus” temas, “sus” demandas) y no implicarse en asuntos más “generales” e “ideológicos” (el capitalismo, por ejemplo). ¿Cuál es su opinión sobre este debate?
Tu pregunta mezcla varios temas distintos, aunque complementarios. El mundo capitalista está en crisis. Una crisis no de acumulación del capital, que sigue adelante. Una crisis civilizatoria, de solución de los problemas de la gente. Y esa crisis se manifiesta aún más en los países de la periferia del sistema capitalista, como América Latina. Entonces, la coyuntura, el contexto histórico, nos pone un reto muy grande que es el de derrocar el capitalismo en su fase neoliberal, dominada por las transnacionales y el capital financiero. Por eso, creemos que un programa inmediato es aglutinar fuerzas para construir un proyecto anti-neoliberal (anti-capital financiero) y anti-imperialista. Pero para viabilizar un proyecto como ese, es necesario acumular mucha fuerza popular. Acumular organizadamente, acumular con cuadros, militantes, acumular con fuerza política, fuerza de la lucha social. Acumular en construir hegemonía en la sociedad, para aglutinar a las mayorías. Lo que pasa en América Latina y Brasil (con excepción de Venezuela y Bolivia) es que la izquierda está en crisis y que el movimiento de masas está en reflujo. Y con eso, tenemos que tener claro que la lucha por los cambios, por un nuevo proyecto, va a tardar mucho tiempo todavía.

Bueno, y por último, para que se logre cambiar la correlación de fuerzas en Brasil, es necesario complementar las más distintas formas de organización de nuestro pueblo. En los movimientos sociales, populares, en las pastorales y en los partidos políticos de izquierda.

3. El MST se refiere a la consciencia de clase de su militancia, a un programa alternativo, a principios organizativos que estamos acostumbrados a relacionarlos con el discurso y la práctica de los partidos. Utilizando términos un poco clásicos, diríamos que el MST nos parece como algo híbrido, entre movimiento y organización o partido, nos parece que ha incorporado varios elementos de varios tradiciones, cosa que consideramos muy, muy interesante. ¿Es así? ¿Podría Ud. decirnos algunas cosas más sobre el carácter del MST en tal sentido?
El Movimiento Sin Tierra es más que todo un movimiento social, que tiene su base principal entre los campesinos pobres, pero también en otros activistas y sectores sociales que viven en el medio rural y en las pequeñas ciudades del país. Pero, por el contexto histórico del período en que nos hemos desarrollado, hemos aprendido, y la misma lucha social nos enseñó, además de las experiencias históricas, que era necesario incorporar al movimiento social, algunos principios organizativos que la historia de la lucha de clases había desarrollado como enseñanza de la clase trabajadora.

En ese sentido, aplicar ciertos principios organizativos, como dirección colectiva, lucha de masas, formación de cuadros, planificación de tareas, estimulo al estudio, vinculación de los dirigentes con sus bases, etc. no es una prerrogativa exclusiva de organizaciones partidarias, sino que debe ser una necesidad de todos los movimientos sociales, que quieren cambios estructurales.

En ese sentido, claro, el MST se transformó en algo distinto de los movimientos sociales, parciales, temporales, o sectoriales y corporativos. Nuestro movimiento se volvió un movimiento social de nuevo tipo, como decimos, porque no estaba escrito en ningún manual de la izquierda, porque las condiciones específicas de la lucha de clases en el campo, en nuestro tiempo, determinaron que se necesitaba organizar el movimiento de masas, con otras bases organizativas.

Eso también ha determinado que la lucha por la reforma agraria no es una lucha corporativa y que solo lograremos conquistas si hay cambios en las estructuras económicas y sociales. Y para esos cambios, necesitas una forma de organización superior.

Y así aplicamos la experiencia que es internacional, de la clase trabajadora, y es eso lo que logró dar vida perenne a nuestro movimiento. Acuérdese que en 500 años de lucha de clases, en el capitalismo brasileño, ninguna organización o movimiento campesino, había resistido más que 15 años y la clase dominante lo había masacrado. Ahora, ya tenemos casi 25 anos y nuestra existencia, por si solo ya es una victoria.

4. Dicen ustedes que la reactivación del movimiento de masas en la sociedad se debe combinar con un gobierno popular. También, el MST “se atrevió” a tomar una postura muy clara sobre el PT y el gobierno Lula. Nuestra problemática, y la de mucha gente más, coinciden con esta postura “política” del MST, que trasciende los límites de un “movimientismo” puro y duro (ver pregunta 2). Sin embargo, hay intelectuales y corrientes en el movimiento, que subestiman o rechazan totalmente el papel del poder político, creen que de cierta manera es indiferente quien esté en el gobierno, y al mismo tiempo, miran con muchas reservas lo que sucede en Venezuela etc. ¿Qué opina usted sobre este debate?
Primero. Defendemos que los movimientos sociales deben tener autonomía de los partidos, de las iglesias y del Estado. La autonomía en relación a partidos y gobiernos no significa que estamos en contra o mucho menos hacemos oposición. Es una autonomía organizativa necesaria. Pero que tenemos que ser complementarios, entre movimientos sociales, partidos de izquierda y un posible gobierno popular, en el proyecto político. O sea, nuestra unidad debe ser trabajar alrededor de un mismo proyecto político, de transformación social de nuestro país. Ahora, las tácticas, la forma organizativa, son de naturaleza diferente. Incluso el concepto de Lenin de que los movimientos sociales deberían ser correas de transmisión del partido, fue mal interpretado en América Latina y creo que también en Europa, porque los partidos lo aplicaron como una sumisión completa, orgánica, de los frentes de masas a las deliberaciones de los comités centrales de los partidos. Y cuando ocurría cualquier problema político o ideológico en el partido, dividía automáticamente los movimientos quitándoles la fuerza necesaria. Nosotros creemos que aplicar esa línea de Lenin consiste en que los movimientos sociales deben ser una correa complementaria en el proyecto político de transformación. Y, con los partidos políticos, que aglutinan fuerza política e ideológica, construir el proyecto político estratégico.

No estamos contra la lucha por el poder político. Sino todo al contrario. Algunos de nosotros damos más énfasis a algunos aspectos de la lucha por el poder político, como por ejemplo la organización para el poder popular desde abajo, en sus espacios territoriales, y otros dan más énfasis a la lucha por cambios en el Estado, central. Pero, son más que todo matices, delimitados, a veces, por los mismos espacios en que actúa un dirigente o hasta por vocación, no por divergencia política.

Ahora, sobre la situación particular de Brasil, el problema es que un partido de izquierda como el PT ganó unas elecciones, pero ganó en un período histórico adverso. Entonces, la victoria electoral en el caso brasileño, no logró alterar la correlación de fuerzas de clases y lo político, y tampoco acumular fuerzas para transformaciones radicales. Y de ahí resultó un gobierno cuya composición está relacionada con la clase dominante e incluso con el capital internacional. Basta ver que el presidente del banco central, es ex-presidente del banco de Boston. Que cinco de los actuales ministros del gobierno Lula, fueron ministros del gobierno neoliberal de Fernando Henrique Cardoso.

Entonces decimos que las victorias electorales solamente pueden cambiar la correlación de fuerzas si vienen combinadas con el ascenso del movimiento de masas. Con esos dos factores es posible desarrollar gobiernos populares, que acumulen para los cambios. Es lo que ocurren en Bolivia y Venezuela. Pero, vea que no está ocurriendo en Ecuador y en Argentina. Aunque los gobiernos se dicen anti-neoliberales, la correlación de fuerzas políticas no se alteró para viabilizar cambios estructurales.

5. Hay casos donde algunos cambios electorales “antineoliberales” no se articularon con una reactivación del movimiento y los resultados fueron pésimos. ¿Cómo cree que se articula la relación entre los movimientos de masas y las entidades (partidos, organizaciones) de izquierda, la combinación de la lucha en las calles con la lucha institucional? ¿Puede un movimiento esquivar la doble trampa del “electoralismo idealista” y el “revolucionarismo sectario”, según sus palabras?
Ese es precisamente el reto que tenemos en Brasil y en la mayoría de los países de América Latina. Necesitamos construir orgánicamente formas de lucha que combinen luchas de masa con la lucha institucional. No caer en la trampa de que elegir por elegir produce cambios, como un idealismo oportunista que solo beneficia a la persona electa. Ni tampoco caer en el sectarismo dogmático que reduce la actividades política a discursos de falso revolucionarismo. Y no hay fórmula para esa mezcla, en cada país tendremos que ser creativos, para ir combinando. Pero creo que una de las pistas es tratar de estimular todo tipo de luchas de masa, que enfrenten a los enemigos principales, que en ese momento son el capital financiero y las transnacionales. Y sobre la base de la lucha social, ir desenmascarando a los enemigos, y construyendo una fuerza que acumule para un proyecto alternativo, popular.

Entonces, el cemento que puede dar unidad entre las distintas formas de organización popular, desde movimientos a partidos políticos, es si logramos organizar a la gente para que luche contra nuestros enemigos comunes.

6. ¿Cómo se expresan hoy en Brasil los planes de criminalización del movimiento? ¿Podemos decir que estos planes forman parte de la política del gobierno federal?
No hay un plan de criminalización de movimientos sociales, como plan. Mucho menos el gobierno Lula se presta a reprimir o a criminalizar la lucha social. Eso es paranoia. Lo que hay es la lógica natural del capital y de las fuerzas de derecha, que siempre que el movimiento avanza, que las masas actúan, ellos reaccionan con violencia. En todos los países del tercer mundo, la derecha, la clase dominante, siempre apela a la violencia para mantener sus privilegios. En eso no hay novedad, ni cambios, en la lucha de clases brasileñas. Y esa violencia se manifiesta en el uso del poder judicial, en las policías militares bajo control de gobiernos reaccionarios locales. En el discurso que sus medios de comunicación masiva utilizan, etc.

7. Nos hemos enterado sobre los lazos históricos del MST con gente de la Iglesia. ¿Cómo podemos describir hoy en día la relación del MST con las Iglesias (católica y protestantes)? ¿Cuál es el papel de las Iglesias en la coyuntura actual de Brasil?
En América Latina hubo un fenómeno político-religioso-social muy interesante que fue el desarrollo de la Teología de la Liberación. Esa corriente ideológica de los cristianos, trató de interpretar la Biblia y los Evangelios, como instrumentos de concientización de los pobres, de la clase trabajadora, para que lucharan por las transformaciones sociales. En ese sentido, fue una síntesis entre el análisis sociológico marxista con la cultura y la religiosidad popular expresada en la adhesión del cristianismo en toda América Latina.

Y esa síntesis es posible hacerla, creo, con todas las religiones del mundo que tengan como centro el humanismo.

Bueno, pero entonces a partir del Concilio Vaticano II, en la década de 60, millares de agentes de pastoral de América Latina que adhirieron a esa corriente, pasaron a priorizar sus esfuerzos, sus energías, en tratar de concienciar al pueblo para que se organizara para luchar por los cambios. Esa corriente cristiana decía “Dios solo ayuda a quien se organiza”. Entonces el MST y un montón de movimientos e, incluso, partidos de izquierda sufrieron las buenas influencias de esa forma de mirar el mundo. Y como nuestro pueblo es muy religioso, culturalmente, es evidente que ese trabajo ayudo al pueblo a organizarse.

Con el neoliberalismo y el papado de Juan Pablo II, la Iglesia católica oficial condenó la Teología de la Liberación y pasó a impulsar un conservadorismo en la nominación de obispos. Entonces, la Teología de la Liberación se debilitó en su influencia en los aparatos institucionales de la Iglesia. Pero sigue teniendo mucha influencia en la gente. Y nosotros, del MST, seguimos teniendo mucho apoyo y relación fraternal de trabajo conjunto con muchos sectores cristianos, que son compañeros de lucha por la reforma agraria y por el socialismo.

8. Los últimos años en el seno de los movimientos se desarrolla un debate sobre la “territorialidad”. ¿Podemos incluir los asentamientos del MST en este debate sobre “territorios libres”? ¿Cómo podrían semejantes “islas de libertad” afectar la sociedad como un todo?

Más que territorios libres del control de la burguesía o del capital, el verdadero debate es que en los espacios que conquistemos debemos tener autonomía política. Y que debemos construir una nueva hegemonía en la sociedad que nos cerca. Una hegemonía de ver el mundo, con los ojos de la clase trabajadora. Y es una lucha permanente. Pero no se debe tener idealismos, de que en cualquier tierra, o territorio, en el que predomina la clase trabajadora, por si sola, ya es tierra liberada. La burguesía sigue controlando los mercados, el capital sigue controlando las reglas de la sociedad. Y sobretodo, los medios de comunicación que difunden su ideología siguen siendo hegemónicos e influenciando determinantemente nuestra base.
Pero, debemos utilizar esos espacios en los que tenemos más control, para generar una nueva cultura, nuevas relaciones sociales. Y eso es un trabajo permanente, cuyos resultados son de largo plazo.

9. ¿Cuáles son, según su opinión, las perspectivas de los proyectos de los partidos de izquierda (PT, PSOL) hoy en Brasil, en relación de un programa para el país, de las esperanzas de pueblo de Brasil, de las luchas comunes con los movimientos contra el proyecto neoliberal?

Las condiciones de la lucha de clases en ese contexto histórico de Brasil, están muy difíciles, adversas, para el proyecto estratégico, para el socialismo, del pueblo brasileño. Estamos en un período difícil, porque fuimos derrotados por el neoliberalismo, porque estamos en un descenso del movimiento de masas, porque perdimos toda una generación de jóvenes, que no se volvieron militantes de izquierda, y porque el mayor partido de izquierda fue derrotado por su estrategia meramente electoral.

La fundación del P-SOL, con militantes disidentes del PT, es solamente el resultado de lucha interna, y el P-SOL sigue los mismos pasos del PT. Priorizar la lucha electoral e institucional. Pero, hay gente que le gusta la lucha institucional y electoral, es su vocación, y no hay nada malo en eso. Lo malo es hacer solo eso.

Entonces, los retos para la izquierda brasileña, para las organizaciones del pueblo brasileño, son muchos. Y los resolveremos solo a mediano y largo plazo. Entre esos retos para recuperar un programa socialista, y lograr acumular fuerzas para los cambios, hemos reflexionado que son:

- construir un programa popular común, de lucha anti-neoliberal y anti-imperialista
- estimular todo tipo de lucha social
- apuntar a la reactivación del movimiento de masas
- formar cuadros y militantes, en un número cada vez mayor
- construir nuestros propios medios de comunicación social, a través de radios, periódicos, boletines y hasta programas televisivos, para enfrentar la hegemonía mediática de la derecha.
- Acumular para un programa estratégico socialista.
- Priorizar el trabajo organizativo con la juventud que vive en las periferias de las ciudades.

Kostas Athanassiou
Revista Resistencias Nº 7
Grecia

EE.UU, Venezuela

Las nuevas políticas de ayuda política en Venezuela
Tom Barry

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Cinco años después de que grupos, con fondos de Estados Unidos, fueran relacionados con un golpe fallido contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez, el gobierno de los Estados Unidos continúa entrometiéndose en las políticas domésticas venezolanas mediante sus programas de ayuda política. Un nuevo enfoque de "constructores extranjeros de democracia" en Venezuela y alrededor del mundo apoya la resistencia sin violencia por parte de las organizaciones de la sociedad civil.

En el nombre de la promoción de la democracia y la libertad, actualmente Washington financía una veintena de organizaciones estadounidenses y venezolanas como parte de su estrategia global de democratización—incluyendo al menos una que respaldó públicamente el golpe de abril del 2002, el cual quitó brevemente a Chávez del poder.

Cuándo escuchó las noticias del golpe, el presidente del Instituto Republicano Internacional (IRI) alabó a aquellos "que se levantaron para defender la democracia," ignorando el hecho de que Chávez era el presidente electo—dos veces—de Venezuela. A pesar de este apoyo declarado para un golpe contra un presidente elegido y hacia la patente indiferencia de la oposición para con la ley, el IRI todavía ejecuta programas de democratización en Venezuela los cuales son financiados por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID). El Instituto Republicano Internacional, una sucursal del Partido Republicano establecido para administrar la ayuda de democratización estadounidense, es una de las cinco organizaciones no gubernamentales de los EEUU que administra el financiamiento de USAID a programas de organizaciones y partidos políticos en Venezuela. USAID financía también al Instituto Demócratico Nacional para Asuntos Internacionales, la cual es la sucursal internacional del Partido Demócrata, así como a dos organizaciones no gubernamentales estadounidenses: Freedom House (La Casa de la Libertad ) y Pan-American Development Foundation (Fundación Panamericana para el Desarrollo) y Development Alternatives Inc . (Alternativas para el Desarrollo S.A.), un contratista americano privado. Estados Unidos ha respaldado los grupos de democratización y derechos humanos en Venezuela desde principios de los años 90. Pero el financiamiento para "construir democracia" se alzó después de que Chávez fuera elegido presidente en 1998. Ambos USAID y la Nacional Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia-NED), que financia el IRI y NDIIA, aumentaron bruscamente su financiamiento a asociaciones para negocios, a la confederación oficial del trabajo, a las organizaciones para derechos humanos, y a coaliciones de partidos políticos.
Iniciativa de transición de USAID

Varios meses después del fracasado golpe de abril en el 2002, el Departamento de Estado estableció una Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) en Caracas con el financiamiento de USAID. Operando desde de la embajada de EEUU, la OTI tiene dos objetivos indicados según la agencia: "reforzar las instituciones democráticas y promover el espacio para el diálogo democrático," y "alentar la participación del ciudadano en el proceso democrático". USAID estableció su OTI con al menos toda la intención explícita de ayudar a los esfuerzos de expulsar al Presidente Chávez. Según USAID, la nueva oficina "proporcionaría ayuda rápida, flexible y a corto plazo dirigida a necesidades claves de transición". Aunque no especificara lo que sería la deseada "transición," USAID advirtió que Chávez "había estado asaltando lentamente la maquinaria del gobierno y desarrollado estructuras no-democráticas paralelas de gobierno". En la descripción del puesto para el nuevo director de OTI en Caracas del año 2001, la USAID indicó que las responsabilidades de director incluirían "formular una estrategia e iniciar el nuevo programa de OTI en coordinación cercana con los intereses políticos de Estados Unidos" así como "desarrollar una estrategia de salida y un plan de liquidación operacional".

En lugar de financiar directamente las organizaciones y los partidos venezolanos, la OTI administra el financiamiento de USAID a través de ONG estadounidenses, incluyendo la organización con fines de lucro Development Alternatives, Inc. quien a su vez financía una veintena de ONG y proyectos de partidos políticos venezolanos. En su informe de Enero-Marzo del 2007, la USAID reportó 139 subvenciones a entidades venezolanas que trabajan en 19 de los 23 estados del país. OTI, que ha administrado cerca de US$30 millones en ayuda de democratización para Venezuela, no es la única fuente de ayuda política estadounidense. Se describe a sí misma como parte de un "programa completo de ayuda para apuntalar las voces e instituciones democráticas en Venezuela" que incluye iniciativas de NED y del Departamento de Estado, tales como viajes "educativos" a los Estados Unidos para miembros escogidos de los medios venezolanos. Ya que la ayuda económica de EEUU disminuye, la OTI busca financiamiento local para complementar sus propios programas, notando en su reporte de Enero-Marzo 2007 que ha conseguido US$3.5 millones de contribuciones locales durante el primer trimestre del año. En su más reciente evaluación de "las iniciativas de la transición," la OTI presume: "Las asociaciones que se han formado entre ONG y ciudadanos ansiosos de participar directamente en su propio gobierno atestigua el éxito del programa ... éso llena una necesidad importante que coloca la base para un futuro democrático sostenible".

Aunque las ONG financiadas por el gobierno de Estados Unidos insisten en que ellos son independientes, coordinan estrechamente sus programas entre sí y con representantes del gobierno de EEUU. En febrero del 2007, el "líder de equipo" de OTI visitó Venezuela para participar en una sesión de "planificación estratégica" con las "cinco organizaciones socias". OTI ha estado organizando también una reunión con dos docenas de ONG quienes "promueven la participación del ciudadano en espacios democráticos locales". En su evaluación de operaciones progresivas de Enero-Marzo, la OTI dice que "dada la creciente apreciación de los partidos sobre la importancia de los espacios democráticos, la reunión proporcionará las oportunidades para discutir la superposición sinérgica entre la sociedad civil y los partidos políticos". Con apoyo de la OTI, el IRI y los institutos de NDIIA ofrecen "ayuda técnica para partidos políticos" trabajando directamente "con partidos políticos para mejorar sus capacidades en el alcance del distrito electoral y el desarrollo institucional," según USAID. Los institutos ayudan a los partidos y a los candidatos con "perfiles de candidato" y un "mensaje de desarrollo". Ambos institutos dicen que ellos ofrecen sus servicios tanto a los partidos del gobierno como a la oposición —aunque sean sólo los partidos de oposición los que se sirven de esta ayuda para "construir democracia". Freedom House es mejor conocida por sus reportes ampliamente citados Libertad en el Mundo y Libertad de Prensa. Pero no es sabido comúnmente que Freedom House es una considerable fuente de financiamiento del gobierno de EEUU, directamente de USAID o del NED, que está patrocinado por el gobierno.

Confiando en gran parte con el financiamiento del gobierno para sus operaciones extranjeras, Freedom House dice trabajar "directamente con reformistas democráticos en las primeras líneas en sus propios países" en Asia Central, Europa del Centro y del Este, Oriente Medio, Latinoamérica, la anterior Unión Soviética, y los Balcanes. Según Freedom House , su actividad extranjera "actúa como un catalizador para la libertad reforzando a la sociedad civil, promoviendo el gobierno abierto, defendiendo derechos humanos, y facilitando el flujo libre de información".

Con el financiamiento de USAID, Freedom House patrocina un programa de Defensores de Derechos Humanos en Venezuela que promueve "facilitar la interacción de la sociedad civil venezolana con sus contrapartes en Latinoamérica para ayudarlos a mejorar reportes de derechos humanos domésticos y para expandir las protecciones a derechos humanos". La "meta a largo plazo", dice Freedom House , es "ayudar a los grupos que se esforzarán por salvaguardar y mejorar el funcionamiento de las instituciones democráticas en Venezuela".

Por su parte, a principios del año 2007 el Fondo Panamericano de Desarrollo dio financiamiento para "documentar las actividades siguientes: el proceso constitucional de reforma, discriminación basada en afiliación política, y la persecución de profesionales en derechos humanos". Mientras tanto, Development Alternatives, Inc . se ha enfocado en "entrenar en liderazgo y valores democráticos, aumentar la participación del ciudadano a nivel local, y en apoyar la participación secundaria de las ONG en eventos internacionales".

"Plan de desestabilización" o "agenda de acción" por la democracia

Eva Golinger, autora venezolana-americana de "El Código de Chávez" y un crítico prominente de los programas de ayuda estadounidenses en Venezuela, acuso en mayo del 2007 a Freedom House y a otras organizaciones estadounidenses que recibían fondos del gobierno de EEUU de orquestar un "plan de desestabilización". (Vea www.Venezuelanalysis.com, el 26 de mayo de 2007). Dicha autora acusó a Freedom House de diseñar una campaña de resistencia no-violenta al gobierno de Chávez.

Freedom House colabora con el Centro para la Acción y Estrategias No-Violentas Aplicadas (CANVAS) con base en Belgrado. Describiendo su enfoque a transiciones políticas en su sitio web, CANVAS explica: "en los últimos años el desafío político masivo ha ocurrido en Birmania, Zimbabwe, Venezuela, y Tibet. Aunque esas luchas no hayan traído la victoria sobre dictadores, si pudieron dañar la autoridad de aquellos regímenes opresivos tanto en los países como en la comunidad internacional".

El financiamiento por parte de USAID y NED para ONG en Venezuela refleja la convicción del gobierno de EEUU de que el proceso democrático es bastante defectuoso y de que la ayuda política a grupos no asociados con el gobierno contribuirá a una "transición" hacia un gobierno más democrático—o por lo menos a un líder más aceptable para Washington. La concentración de las ONG sobre reciente ayuda para la democratización es también un reflejo de una nueva tendencia en la ayuda política que considera a la resistencia no-violenta por parte de las organizaciones no-gubernamentales como el instrumento más efectivo para mover las dictaduras hacia democracias. Entre los centros para este nuevo pensamiento de apoyar y entrenar ONG extranjeras para fomentar el cambio del régimen están NED, Freedom House, Institución Albert Einstein, y el Consejo para la Comunidad de Democracias. En los últimos años, Freedom House ha sido un defensor destacado de organizar de manera no-violenta a grupos civiles de sociedad para volcar regímenes dictatoriales. Un estudio suyo en el 2005 titulado "Cómo se Gana la Libertad" concluyó que 50 de las 67 "transiciones a la democracia durante la anterior tercera parte del siglo" fueron manejados en gran parte por "la resistencia civil, presentando huelgas, boicots, desobediencia civil, y protestas de masa". El presidente de la junta directiva de Freedom House Peter Ackerman, que también fundó el Centro Internacional del Conflicto No-Violento, es un defensor importante para el financiamiento internacional de ONG involucradas en organizaciones no-violentas contra estados de no-democraticos. Ackerman, coautor del Conflicto Estratégico No-Violento , es un miembro del Consejo Ejecutivo del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos.

En una conferencia de marzo del 2007, "Habilidades o Condiciones: ¿Qué Factores Clave Forman el Éxito o el Fracaso de la Resistencia Civil?", Ackerman defiende un compartir de mejores prácticas de resistencia civil alrededor del mundo—notablemente de los casos exitosos en Serbia y de las "revoluciones coloridas" en Georgia y Ucrania—afrontar el "contragolpe a la promoción de la democracia" por regímenes represivos, entre los cuales incluye al gobierno de Chávez. Freedom House, según Ackerman, "esta haciendo todo lo posible por mejorar la sustancia y la capacidad de los instrumentos de instrucción" para grupos civiles de sociedad comprometidos con una acción no violenta.

Otro abogado prominente del financiamiento americano para la resistencia no-violenta es Mark Palmer, un funcionario del Departamento de Estado quien jugo un papel clave para fundar NED y que ahora trabaja como vicepresidente de la Casa de la Libertad (Freedom House ). En su testimonio de junio 8 del 2006 al Senado del Comité Extranjero de Relaciones, titulado "Promoción de la Democracia por Organizaciones No-Gubernamentales: Una Agenda de Acción," Palmer llamó al "reforzamiento radical de nuestros combatientes de primera fila por la libertad," mejor conocidos como las organizaciones no-gubernamentales.

Palmer, quien fue clave para la creación del Consejo para la Comunidad de Democracias, lamentó el hecho que las ONG's estadounidenses, y "sus donadores gubernamentales y privados," no han financiado ONG's extranjeras involucradas en construir "movimientos nacionales" como su objetivo primario. Recomendó un considerable aumento al financiamiento del gobierno para "los programas de ONG's enfocados en dictaduras".

El actual financiamiento estadounidense de una serie de ONG's y grupos de comunidades en Venezuela aumenta las preocupaciones de que el objetivo primordial no sea tanto el avance de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos sino el avance de los intereses estratégicos de Estados Unidos.

Por incluir un Estado democrático como Venezuela entre los objetivos de construcción nacional de movimiento, la independencia y la integridad de los "constructores de la democracia" en los Estados Unidos pueden ser puestas en duda. La partidaria de Chávez, Golinger por ejemplo, aconsejo a los venezolanos: "Para la defensa de la nación, sería sabio terminar las acciones de grupos como la Casa de la Libertad ( Freedom House ) y del Instituto Republicano Internacional, los cuales sirven como un frente para el Departamento de Estado y la CIA, quienes operan abiertamente en el país".

Democracia e intervención

Es poco dudable que la democracia en Venezuela esta siendo puesta a prueba. Con una historia de gobierno democrático desde 1958, Venezuela ha tenido una tradición democrática relativamente estable. Pero una gran parte de esa estabilidad resultó de un patrón de elecciones en las que los partidos sólidos de la élite alternaron en el poder. Al romper esa pauta, Chávez interrumpió esa estabilidad jactante pero hizo al mismo tiempo la política más inclusiva.

Por primera vez, los trabajadores pobres rurales y urbanos del país tuvieron una voz en el gobierno. Al ganar por mayorías impresionantes varias elecciones sumamente competidas desde 1998, el Presidente Chávez ha ganado legitimidad como un demócrata.

Sin embargo, en su impulso por consolidar sus bases de apoyo y para anunciar "el socialismo del siglo XXI," ha esparcido preocupaciones en organizaciones de derechos humanos y libertad de prensa de que su gobierno cabalga brutalmente sobre el proceso democrático de gobierno.

Preguntas acerca de la integridad en la ayuda estadounidense para la democratización ahora son usadas por el gobierno venezolano para presionar a la Asamblea Nacional para pasar una nueva ley que sujetaría a la aprobación y averiguación del gobierno a todas las ONG's que reciben financiamiento extranjero.

Si tal medida intrusa es instituida, por lo menos parte de la culpa recaerá sobre Estados Unidos y constituirá una parte del legado antidemocrático de la estrategia de democratización de EE.UU.

Ya se pasó el tiempo para que los democratizadores de EEUU cierren sus operaciones en Venezuela y salgan. Al intervenir en Venezuela a través de las ONG's, Washington da crédito a reclamos de Chávez y otros que acusan al gobierno de EE.UU. de seguir una política de cambio de régimen en Venezuela.

El primer paso hacia una política exterior más constructiva hacia Venezuela debe ser una expresión de apoyo para la autodeterminación del país en sus asuntos políticos y económicos. Preocupaciones sobre el estado de la democracia, de la libertad de los medios, o de los derechos humanos en Venezuela podrían entonces ser expresados a través de canales diplomáticos normales sin la estimulada sospecha de que los EE.UU. y sus instituciones de sombra forman parte de una campaña para socavar al gobierno venezolano elegido.

Para como están las cosas, sin embargo, el gobierno de EE.UU. y su falange de ONG's de construcción de democracia no solo están levantando preocupaciones sino también están operando para influir la política interna de Venezuela dentro del mismo país.

Los Estados Unidos no permitirían que países extranjeros y sus agentes se metieran en sus procesos políticos; debería adoptar el no hacer a los otros lo que no quiere que le hagan.

- Tom Barry es analista con el Programa de las Américas, del Centro para la Política Internacional. Traducido por Gracia Tenorio-Pearl.

Fuente: Programa de las Américas
www.ircamericas.org

http://www.alainet.org/active/19315&lang=es

lunes, 27 de agosto de 2007

Los agrocombustibles y la sed del mundo

Roberto Aguirre.- Expertos de 140 países advirtieron que el etanol y el biodiésel representan una amenaza para las reservas de agua. Un nuevo indicador que demuestra la inviabilidad de este proyecto.

Un grupo de especialistas advirtió este lunes que los agrocombustibles representan una gran amenaza para las reservas acuíferas del mundo. En el marco de la Semana Mundial del Agua, que se celebra en Estocolmo, Suecia, con la participación de 2500 expertos en la materia, representantes de 140 países expresaron su preocupación sobre la escasez de este bien natural en medio del aumento de la producción de etanol y biodiésel.

En este sentido, el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo (SIWI por sus siglas en inglés) presentó sus previsiones, a través de las cuales asegura que la producción de agrocombustibles provocará, para 2050, que se duplique la demanda actual de agua para la agricultura.

Asimismo, se advirtió que la necesidad de grandes superficies de siembra para el desarrollo de etanol y biodiésel se convertirá en un problema para las generaciones venideras.

Los datos arrojados en la primera jornada de la Semana Mundial del Agua, concuerdan con un informe realizado en 2006 por el Instituto de Administración del Agua (IWMI) que, con apoyo de Naciones Unidas, determinó que la producción de agrocombustibles podría agravar la escasez de agua.

Este informe detalló que la demanda de agua para riego supone el 74% del recurso usado por el hombre -frente al 18% de las centrales eléctricas y otros usos industriales, y sólo el 8% del consumo doméstico-, y es probable que se incremente para 2050.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), advirtió que la producción de agrocombustibles, en el caso de Perú, no tiene viabilidad ya que no existe disponibilidad de agua para el riego. Esta conclusión puede ser extendida a otros países del subcontinente, sobre todo en regiones con escasas precipitaciones.

El proyecto de los agrocombustibles en la región supone un gran coste económico, social y ambiental.

Por una parte, el alza en los precios de los commodities está generando una suba en los productos de primer orden que atenta contra los pobres, cada vez más lejanos a alcanzar la canasta básica alimentaria (“El precio del pan por las nubes” APM 13/08/07).
Uno de los principales argumentos para sostener este proyecto es la diversificación de la matriz energética, según la cual se pretende reducir la dependencia del petróleo. Sin embargo, gran parte de los estudios realizados demuestran que la atadura a los combustibles fósiles persiste. Por ejemplo, en el caso del etanol de maíz se necesitan 1,3 kilocalorías de petróleo para producir una kilocaloría de bioetanol.

De la misma forma, el modelo agrotécnico, matriz sobre la cual se asienta la producción de agrocombustibles, reproduce la lógica del latifundio, y atenta directamente contra la agricultura familiar tradicional, fuente de ingreso y supervivencia de millones de personas en América Latina. En Argentina, según datos del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar (Cipaf), las pequeños asentamientos aún producen más del 50 por ciento del empleo rural, aunque el número venga en declive (“Por el futuro de la agricultura familiar” APM 13/08/07).

Finalmente existe un enorme costo ambiental, de la mano de la tala indiscriminada para liberar tierra para la soja, el maíz y la caña, el uso de agrotóxicos y el monocultivo. Esto, en contraposición con la versión que afirma, erróneamente, que el etanol y el biodiésel no contaminan.

En este sentido, el agroecólogo Miguel Altieri explicó a APM que “los biocombustibles son una tragedia ecológica y social. Con su producción se creará un problema muy grande de soberanía alimentaria, ya que hay miles de hectáreas de soja, caña de azúcar y palma africana que se van a expandir, lo que va a producir una deforestación masiva muy grande. Esto ya está pasando en Colombia y en el Amazonas de Brasil. Además va a aumentar la escala de producción de monocultivos mecanizados, con altas dosis de fertilizantes y específicamente Atrazina, que es un herbicida muy nocivo con irrupción endocrina. Digamos que los problemas de la agricultura industrial se potenciarán de una forma tremenda” (“Los biocombustibles son un modo de imperialismo biológico” APM 22/03/07).

A este oscuro panorama, ahora se suma el peligro del agua, de la cual América Latina posee las mayores reservas del mundo. Expertos de todo el orbe confirman que este bien natural podría escasear debido al incremento de la producción agraria con fines energéticos. ¿Cuántas advertencias más son necesarias para demostrar la inviabilidad del proyecto de los agrocombustibles?


Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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Brasil Vs. Banco del Sur

Oscar Ugarteche
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Desde 2002 a la fecha el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha perdido el 88% de su cartera de préstamos, incluyendo los préstamos llamados para pobres dentro del marco del Poverty Reduction and Growth Facility. El Banco Mundial (BM) desde 1996 ha perdido el 42% de su cartera de préstamos y eso incluye el ligero incremento de los HIPCs (Países Pobres Altamente Endeudados). El problema con ambas instituciones son las onerosas condiciones que ponen a los gobiernos para el desembolso crediticio, el costo financiero de los mismos, y el desprestigio de las políticas que no han resultado en lo que se esperaba sino en mayor concentración del ingreso y mayor emigración al tiempo que las economías se han desnacionalizado, las trasferencias netas de recursos se han vuelto abiertamente negativas a la región, tanto como en la década del 80, y las remesas de esos emigrantes financian la balanza de pagos y permiten acumular reservas. Esto amén de la evidencia de que trabajan más para el Tesoro estadounidense que para el bienestar de la comunidad internacional o nacional del país asesorado y financiado.


Desde el mes de junio, cuando el Banco del Sur estaba por ser lanzado en la cumbre de presidentes sudamericanos en Asunción, ha comenzado a haber un freno. Algunos gobiernos han comenzado a poner el taco en la tierra para frenar el impulso lanzado primero por Chávez en el año 2005, luego por Chávez y Kirchner en el 2006 y finalmente por Correa en el 2007 que habló de ampliar el concepto del Banco del Sur a uno de arquitectura financiera regional incluyendo un banco de desarrollo, un fondo de estabilización y una unidad monetaria sudamericana ya bautizada por Evo Morales como la Pacha, por tierra en quechua. Esta iniciativa ecuatoriana ya tiene el apoyo de Uruguay, Paraguay y Bolivia, además de los tres países grandes del inicio.


La primera parte lanzada a debate técnico ha sido el banco del Sur que vendría a ser una especie de fondo de desarrollo análogo al europeo, es decir, que financia obras de infraestructura en zonas de menor desarrollo relativo donde se requieren y pro mueve una matriz de desarrollo de forma autónoma. Una matriz de desarrollo en América del Sur pasa por una matriz energética o va acompañada de la misma. Esta claro que hoy dicha matriz tiene que ser de energía limpia y que las obras de infraestructura no pueden dañar el medio ambiente


El proceso de consultas técnicas entre los ministerios de Finanzas de los miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) interesados ocurre mensualmente, sin embrago ellos dicen que ya está listo el estatuto del Banco, que lo que falta es voluntad política para hacerlo.


De otra parte hay un debate sobre la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y si esta debe o no ser financiada por el Banco del Sur. Grupos se ponen a esto y otros lo apoyan. Eso es lo que en inglés se llama un red herring. Es un distractor de la esencia del problema. La esencia es si América del Sur se va a integrar dentro de un esquema financiero autónomo del dólar estadounidense ahora que dicha moneda ha perdido entre el 25% y el 30% de su valor paritario con el grueso de las monedas sudamericanas y que América del Sur en el agregado tiene tantas reservas internacionales como la zona Euro.


Ante el descrédito del FMI en Asia se lanzó la iniciativa de Chiang Mai. Conscientes que tienen el 84% de las reservas internacionales mundiales (usando el IFS online del FMI) y que cuando hay guerras siempre los americanos les piden revaluar a los asiáticos (o sea devaluar el dólar) han optado por discutir una unidad de cuentas asiática para estabilizar su comercio intraregional que es el 50 de su comercio externo total. El proyecto Chiang Mai es que el Asean + 3 sea una zona común para el comercio, las finanzas, las personas, el transporte, los bienes y servicios para el año 2015. Su preocupación, como la europea hace años, es cómo nivelar a las zonas que tienen mayor atraso para que sea una región relativamente homogénea. Para este fin están trabajando en un fondo de desarrollo. Lo primero que hicieron los ministros de finanzas que firmaron la Iniciativa de Chiang Mai en su declaración del año 2000, en el punto 8 fue encargar a centros de investigación de la región estudios específicos sobre diversos ángulos del proceso, reconociéndole a los japoneses mayor avance en los campos de la investigación monetaria.


Mientras tanto en América del Sur a los niveles más altos no se discute esto sino si el Banco del Sur será una competencia para uno u otro banco nacional de desarrollo o si el proyecto tal o cual será conveniente. Al margen de la frivolidad del debate, debe de hacerse énfasis en que los bancos nacionales de desarrollo se dedican a la promoción de sus empresas nacionales. Eso es lo que hace un banco de desarrollo. El banco de desarrollo mayor sudamericano y quizás americano en total es el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES) de Brasil que tiene préstamos totales equivalentes a 55,000 millones de dólares estadounidenses, mucho más que el BM en Sudamérica (36,000 millones de USD), que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (46,000 millones de USD) y siete veces más que la Corporación Andina de Fomento (CAF) (8,100 millones de USD). En este marco, que el BNDES promueva a sus empresarios y al interés nacional brasileño que el Banco del Sur se deberá de ocupar de financiar una matriz de desarrollo suramericano, una matriz energética limpia y sobre todo, recircular los excedentes en divisas que hay en Suramérica en los bancos centrales y que ahora financian a los Estados Unidos.


El Dr. Fukushima del Nomura Research Institute, auspiciado por Nomura Securities, dice en su trabajo "Challenges for Currency Coooperation in East Asia" que el problema con el manejo de las reservas ahora es que está financiando a un gobierno muy deficitario que hace uso de ahorro externo para llevar a cabo guerras en la que sus financiadores no creen. ¿Creen los suramericanos en esas guerras? ¿Alguien cree que habrá una recuperación económica estadounidense que lo vuelva a colocar en un sitial de respeto económico? Si la respuesta es positiva, tiene sentido seguir comprando bonos del tesoro estadounidense. En caso contrario, es hora de comenzar a trabajar en una alternativa concreta y rápida. Una lección aprendida en el siglo XX es que los gobiernos republicanos tienen un manejo poco responsable de la economía y que le cargan al resto del mundo sus problemas económicos de forma que los pobres del Tercer Mundo terminamos pagando por el gasto de los ricos estadounidenses cuando estos pagan progresivamente menos impuestos y su gobierno hace una guerra. Esto es verdad desde Coolidge, Harding .y Hoover pasando por Nixon, Reagan y ahora Bush Jr.


La inestabilidad financiera internacional existente en estas semanas es producto directo de la forma de manejo económico estadounidense. En América Latina hasta ahora no tenemos ningún salvavidas en caso de problemas más que el FMI que ya sabemos que primero deja que se ahogue el pasajero mientras estudia las condiciones con las que lo irá a rescatar y luego recoge el cadáver de la orilla, normalmente echándole la culpa de haberse ahogado. Cuando los gobiernos se han soltado del salvavidas han comenzado a crecer con mejor distribución. Eso lo aprendimos con Brasil y Argentina. El único país sudamericano con un préstamo con el FMI, es el Perú y es para enllavar las políticas en caso de un cambio de ministro de economía en un arranque presidencial. Nunca se desembolsará pero es una garantía de una forma de manejo económico que piden las elites ante la incertidumbre de la variable García.

La mayor resistencia del gobierno brasileño al nivel más alto a la arquitectura regional es que ellos quisieran que el Banco del Sur financie la IIRSA, una red de carreteras inter-amazónicas. Eso es poner la carreta delante del burro, como se dice en México. Una institución inexistente no puede financiar nada..Aunque ocurre, es como dividir una herencia antes de la muerte del causante. Para que Brasil financie la IIRSA, si eso es lo que quiere hacer, la forma evidente es que emita bonos en una unidad de cuentas sudamericana pagadera en moneda nacional dentro de Sudamérica y ese dinero lo entregue al BNDES. Eso se puede construir mediante un fondo para bonos sudamericanos y la culminación de un estudio sobre la unidad monetaria sudamericana. IIRSA es una discusión al margen de la urgencia de una arquitectura financiera regional. Primero diseñemos y hagamos posible la arquitectura luego que se discuta la IIRSA donde corresponda y con quien toque. No son sinónimos ni condición de colaboración el apoyo al IIRSA con la arquitectura financiera, esto lo deberían de tener claro Marco Aurelio García, el presidente del banco central, Mantega del Ministerio de Finanzas, el Sr Luciano Coutinho del BNDES.y Amorim.

En segundo lugar, los bancos centrales que compran bonos del tesoro podrían perfectamente comprar bonos de tesoros de países vecinos y bonos de bancos de desarrollo garantizados por los tesoros y recircular dentro de la región las reservas de divisas. En parte ese es el sentido de la unidad monetaria sudamericana como unidad de cuentas. Ese fue el sentido de Chávez cuando lanzó el Banco del Sur en el 2005. Eso no se opone al Banco del Sur que se debería de ocupar de financiar proyectos en las zonas menos adelantadas para nivelar su desarrollo con el resto de Sudamérica. Brasil no requiere del Banco del Sur para financiarse ni para financiar sus proyectos, eso es evidente. Tampoco saca nada obstaculizando el concepto de autonomía regional. Brasil debería de mirarse en el espejo de la China en la iniciativa de Chiang Mai. Luego de oponerse ferozmente, lo apoya sin condiciones porque ha comprendido que siendo el mayor mercado es el que tiene más que ganar con la integración completa.

A estas alturas, oponerse a la arquitectura financiera sudamericana es hacerle un servicio al status quo, al Tesoro estadounidense y a las instituciones financieras de Washington, debilitadas y desprestigiadas. La razón que urge, en este momento, es que ahora Washington no se opone a la integración regional asiática y es posible que tampoco se oponga a la sudamericana. Con el nuevo gobierno, quien sabe. Hay que recordar que en 1984 Washington desarticuló el club de deudores que se iba a reunir en Cartagena, Colombia, con el apoyo de un gobierno latinoamericano. Que eso no se repita ahora con Brasil. El pueblo brasileño y todos los sudamericanos esperamos que Lula esté a la altura de las expectativas de la integración de los pueblos.

- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, e integra la Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd).


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domingo, 26 de agosto de 2007

SEMINARIOS INTERNACIONALES

Con ocasión de conmemorarse este año el XXXII Aniversario de la Universidad Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora UNELLEZ, El Instituto Agroecológico Latinoamericano –IALA “Paulo Freire” realizará durante los meses de noviembre y diciembre próximos, dos importantes Seminarios Internacionales: Sobre el Pensamiento de Paulo Freire “Acción cultural para la Libertad”, y sobre Ernesto Che Guevara respectivamente.

Los actos tienen como objetivo central: difundir y promover la reflexión critica sobre la praxis de Paulo Freire y Ernesto Che Guevara, partiendo desde los distintos procesos de construcción política - pedagógica en el que estemos comprometidos, valorizando los aportes de ambos referentes para la lucha revolucionaria latinoamericana y mundial. y se desarrollarán tendrán lugar en el Auditorio de la UNELLEZ- Barinas, estado Barinas, Venezuela,

El Seminario sobre Paulo Freire, será del 6 al 9 de noviembre, en homenaje al personaje que inspiró nuestro nombre y pedagogía, educador, revolucionario, humanista, desde y para el Pueblo trabajador, campesino; que dejó su legado de enseñanza a Latinoamérica; este seminario, además concuerda con el 10º aniversario de la muerte de Paulo Freire, así que será también un espacio para conmemorarlo.

El Seminario sobre Ernesto Che Guevara.- se realizará del 27 al 30 de noviembre porque entendemos que no es posible avanzar en alternativas al capitalismo sin la construcción del hombre y la mujer nueva, que sólo se edifican en la lucha revolucionaria, así como el pueblo y el gobierno Bolivariano de Venezuela vienen realizando .

Se espera la asistencia de 500 participantes en cada evento, dirigido al público en general, en especial, Estudiantes secundarios y universitarios de instituciones Públicas y Privadas estudiantes, representantes de los Concejos Comunales, Organizaciones campesinas y movimientos sociales; Educadores.

Habrán ponencias de connotados estudiosos en la materia de estos dos luchadores,y personas muy cercanas a sus vidas cotidianas; así como representantes de la Vía Campesina.

Insripciones.- Habrá un proceso previo de inscripción para los dos seminarios, las fechas topes para dicha inscripción será hasta el 20 de octubre para participar en el Seminario de Paulo Freire, y hasta el 24 de noviembre, para el del Che

Inscripciones.- Los interesados/as en participar, pueden hacerlo por tres vías:
1. Mediante una invitación directa del IALA y la UNELLEZ
2. Solicitudes de inscripción vía e-mail a: seminariosiala@gmail.com
3. Directamente en la sede del IALA (Ciudad Deportiva), y UNELLEZ, (Barinas, Venezuela)

El desarrollo de los seminarios mantendrá una dinámica abierta y participativa; constará de ponencias introductorias sobre los temas - Debate por Grupos - Síntesis del Debate de Grupos - Síntesis y conclusiones del Ponente.

miércoles, 15 de agosto de 2007

La vigencia del Marxismo


(Marcelo Colussi )
La historia de la humanidad no es, precisamente, un cuento de hadas con final feliz. Es, por el contrario, una sucesión de calamidades donde las relaciones interhumanas -al menos hasta ahora- han girado en torno al poder que unos ejercen sobre otros. La violencia es la nota distintiva: “la violencia es la partera de la historia”, se ha dicho con razón. Dicho de otra manera: es una historia de explotación de un grupo (curiosamente siempre minoritario) sobre las grandes mayorías, historia de saqueo, de usufructo del trabajo ajeno por parte de esa minoría, de guerras, de conquistas, de sufrimientos y privaciones para las grandes masas en contraste con la opulencia de unos pocos. Como asimismo es también una historia de imposición del más fuerte sobre el más débil: de los varones sobre las mujeres, de las culturas dominantes sobre las menos desarrolladas.A lo largo de la historia fueron diversos los esfuerzos que surgieron para cambiar ese estado de cosas, para liberarse de las opresiones. Por eso nuestra historia como especie es una historia de luchas, interminables luchas en búsqueda de mayor justicia. Recientemente, a partir del surgimiento del capitalismo en Europa y su expansión como sistema económico-social triunfante por casi todo el globo, es la clase obrera la que reacciona y aparece como vanguardia para el cambio. Su oposición a la explotación capitalista marca el ritmo de las luchas por transformaciones sociales. Primeramente en forma espontánea con reivindicaciones de corte puntual en el orden laboral, luego con proyectos transformadores de más largo aliento, esa clase obrera industrial europea va marcando el ritmo de las nuevas luchas en el mundo. Más tarde surgen las ideas de una nueva cosmovisión de la realidad humana: aparece el socialismo. En su primera versión, como búsqueda utópica de un paraíso terrenal; más tarde, de la mano de Carlos Marx, como formulación acabada de una racionalidad político-filosófica, lo que se podría considerar un considerable esfuerzo científico. El socialismo pasa a ser, entonces, la visión de un nuevo mundo, las claves para su obtención, el camino para el gran cambio social. Para mediados del siglo XIX ese pensamiento comienza a tener mayoría de edad. Crece, se solidifica, se desarrolla, y ya entrado el siglo XX es la fuente de inspiración de numerosos movimientos políticos que luchan por mayores cuotas de justicia. Como resultado de ello, en 1917 aparece la primera revolución donde las ideas de Marx son el fundamento de los hechos vividos: el marxismo como cosmovisión tiene entonces su primera aplicación práctica. Posteriormente, en el transcurso del siglo, van dándose otras revoluciones socialistas, diversas entre sí pero todas con el común denominador del sello marxista. Hacia fines de ese mismo siglo, luego de que por un momento una cuarta parte de la humanidad vivió en sistemas donde se construía el socialismo -en cuatro de los cinco continentes y con situaciones totalmente diversas- viene el colapso. Por distintos motivos casi todas las sociedades que se enrumbaban en algo nuevo, se desmoronaron. Y las que no siguieron ese camino de caída, quedaron en una soledad absoluta, bloqueadas, atacadas por el monstruo capitalista devenido ya imperio global. ¿Fue eso un problema del marxismo? ¿Podríamos quedarnos con la idea que el marxismo, como visión global de la historia y de las relaciones interhumanas, sigue siendo válido y lo que falló fue su implementación? ¿O es más compleja la situación? ¿Sigue teniendo vigencia el marxismo?Responder eso implica un largo desarrollo; hoy por hoy el debate en torno a ello está abierto, y felizmente caminando a buen paso. Lo que intentamos transmitir en este breve artículo es, más que nada, una expresión de deseos. No rehuimos al debate con ello, sino que simplemente lo apoyamos con estas expresiones más -por así decirlo- pasionales: ¡el marxismo sigue vigente! ¡El marxismo no ha muerto! Para expresarlo con la frase habitualmente atribuida a don Juan Tenorio: “los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.El marxismo no sólo goza de buena salud sino que, si queremos dar batalla con posibilidades de éxito en la lucha por un mundo con mayor justicia, nos sigue siendo imprescindible. El marxismo no es una caprichosa filosofía adecuada a un determinado momento histórico, una moda intelectual pasajera. Es, más allá de las puestas al día que pueda necesitar más de un siglo después de su formulación original, una forma de entender y de actuar sobre la realidad que no caduca con el tiempo. El marxismo, que en boca de su creador no debería llamarse así sino “socialismo científico”, es una amplia y profunda visión de la realidad humana, de la historia y del movimiento de las sociedades, surgido de la confluencia de varias fuentes teóricas importantes: la economía política inglesa, la filosofía de la historia hegeliana, el pensamiento político francés. Sus formulaciones básicas, como en cualquier ciencia, pretenden validez universal y van allende las circunstancias puntuales. El marxismo, o socialismo científico, sirvió para poner en marcha tanto la revolución bolchevique de Rusia como para insuflar la lucha de los movimientos campesinos africanos, para la revolución china o la revolución cubana, para animar las guerrillas en Latinoamérica así como para direccionar las políticas del movimiento sindical en distintas partes del mundo. El marxismo animó y sigue animando innumerables propuestas de cambio, progresistas, vanguardistas. En otros términos: es sinónimo de rebeldía, de desafío al orden constituido, de transformación. El marxismo, en ese sentido, es la concepción teórica de una realidad social sobre la que hay que actuar, y por tanto en su forma original se presenta como una serie de verdades inobjetables en el campo económico-social básicamente: el trabajo como fuente de riqueza, el trabajo enajenado como germen de las clases sociales, la historia como lucha de clases, las revoluciones político-sociales como motor del movimiento de la humanidad. Y en lo inherente a la modernidad, a la formación social de estos últimos siglos que hoy ya se ha impuesto planetariamente: el trabajo asalariado como fermento de cambio en contra del capital; de ahí que la clase obrera encarna el papel de vanguardia revolucionaria. Esas son las verdades del marxismo, verdades que no han cambiado en lo esencial en estos años, aunque se haya reemplazado la fragua por la computadora y las primeras locomotoras de vapor por aviones supersónicos. No hay dudas que en sus formulaciones -hechas en la segunda mitad del siglo XIX- quedaron muchas cosas sin resolver, dichas a medias o simplemente no dichas. Por ejemplo, el tema de la inequidad de género no está presente en el marxismo clásico de una manera contundente, y hoy sabemos que ese es uno de los grandes combates que libra la humanidad para su mejoramiento. Así como tampoco aparece nada en relación a la catástrofe medioambiental a que llevó el modelo depredador de la industria capitalista. Por supuesto, nadie dijo que la formulación originaria fuera perfecta, acabada de una vez; nada más contrario al espíritu marxista que eso justamente. El marxismo es profundamente autocrítico, si no, no es marxismo. Y como una de las importantes asignaturas pendientes en su ideario tenemos el tema del poder, de las relaciones interhumanas en torno al poder. Muchas de las experiencias socialistas conocidas durante el siglo XX nos presentaron situaciones donde la jerarquía de poderes, la diferencia entre cúpula gobernante y pueblo fue monumental, tanto o más criticable que en cualquier sociedad capitalista. La pregonada “dictadura del proletariado” -anunciada como el paso previo para la entrada en un mundo de equidad definitiva y para todos- tuvo mucho más de dictadura que de otra cosa, y no sirvió efectivamente para transformar revolucionariamente la sociedad, para generar una nueva cultura de la horizontalidad y la solidaridad. Pero una vez más, entonces: ¿dónde está el problema? ¿En el texto de Marx? ¿En una mala interpretación de su obra? O, más honestamente, ¿en que hay vacíos en la obra marxista que aún no están lo suficientemente desarrollados?Es necesario criticar el verticalismo y la burocracia de los pesados regímenes soviéticos y de socialismo este-europeo. Tenemos que hacerlo, forzosamente; si la derecha lo critica por “antidemocráticos” (democracia vacía, por supuesto), desde el campo de la izquierda debemos hacerlo con un sentido superador. Nunca más se deben repetir esas monstruosidades dictatoriales que se dieron en algunas experiencias pretendidamente socialistas durante el siglo pasado. Pero, ahora bien: ¿por qué se dieron? ¿Están indicadas en la obra de Marx? ¿Acaso en algún lugar el pensador alemán llamó a construir esos monstruos? ¿En qué parte de su obra convoca a conformar los gulags, a fomentar los privilegios de los funcionarios y a expandir casi al infinito las policías secretas de Estado con control omnímodo sobre las poblaciones? ¿Fue Marx el que concibió locuras tales como la exterminación en masa de un fanático ávido de poder como Stalin, o de un criminal de guerra como Pol Pot? No, sin dudas. ¿Podría decirse que estas “deformaciones” se deben a que no se respetó fielmente el texto de Marx? No, tampoco; si ello así fuera, sería peligroso, porque haría pensar que se trató de problemas de interpretación de un texto. ¡Y ningún texto contiene verdades reveladas! En todo caso -esto es más humilde e implica más trabajo, pero es realmente el espíritu revolucionario que contiene la teoría- se trata de seguir indagando con auténtica actitud autocrítica acerca de todo: de los conceptos fundamentales, de las nuevas realidades del siglo XXI, de temas no tratados un siglo y medio atrás. El tema de la fascinación por el poder (cosa muy humana, por lo que vemos) debe seguir siendo abordado. ¿O acaso repetir una consigna “revolucionaria” ya nos liberó de las fascinaciones por el poder, del autoritarismo y la jerarquía? ¿El machismo o el racismo, se terminan sólo por declararnos socialistas, por usar una camisa con la imagen del Che Guevara? La construcción de sociedades más justas está aún en pleno proceso, y las experiencias socialistas que conocimos son apenas primeros pasos, tímidos, balbuceantes.Marx no habló, por ejemplo, de las reivindicaciones de los homosexuales, o de los problemas de la creciente marginalidad social (niños de la calle, nómadas urbanos), o de las migraciones masivas de población del Sur hacia el Norte, o de la transferencia de industria (industria de ensamblaje básicamente) desde la metrópoli capitalista hacia los países periféricos, más baratos y con menos regulaciones medioambientales; todo esto son problemas nuevos, inexistentes 150 años atrás, y que convocan a la profundización de su estudio y a nuevas propuestas. Pero que no estén el texto original de Marx no significan que no puedan plantearse y resolverse también desde una óptica marxista, es decir: desde el socialismo científico.La composición última de la sociedad, su división en clases basada en la propiedad privada de los medios de producción, ¿varió en estos casi dos siglos en que van surgiendo las ideas socialistas? Que el proletariado industrial que movía la maquinaria alimentada con carbón ahora sea mucho menor que en la Inglaterra del 1800 y su reemplazo por tecnologías robóticas ¿implica acaso que se terminó la estructura capitalista, la extracción de plusvalía y el crecimiento del capital? La actual desregulación del trabajo (eufemismo por decir super explotación de estas últimas dos décadas, caído el bloque soviético) o la transferencia de industria de ensamblaje desde el Norte hacia el Sur, ¿terminó con la explotación del trabajo? ¿No sirven las verdades de la mirada marxista para entender esos fenómenos y para actuar en consecuencia? Si así fuera, si se desactualizó el marxismo, ¿con qué lo reemplazamos? ¿Hay, hoy por hoy, alguna visión que nos de la ciencia social de la derecha que pueda servirnos para la lucha revolucionaria? ¿O es la misma izquierda marxista la que debe proponer su autocrítica y superar sus propios errores?No hay dudas que muchas de las calamidades del socialismo real conocido son absolutamente impresentables. Por qué negarlo: en muchas de esas experiencias se construyeron verdaderas dictaduras. Pero eso no invalidad la necesidad de cambiar todo lo que sea injusto: al sistema capitalista, sin dudas, porque no da salida a los acuciantes problemas de la humanidad. Y también al socialismo real que terminó siendo dictatorial, cerrado, antipopular. ¿No es justamente la esencia misma del marxismo promover la justicia, la equidad, la igualdad? Pese al desarrollo fabuloso de las capacidades productivas que alcanzó el sistema capitalista, la mayoría de la población mundial sigue viviendo en condiciones precarias. Los beneficios de la explosión científico-técnica del mundo moderno no alcanzan para resolver problemas que técnicamente se podrían superar por la simple razón que la estructura del sistema no lo permite: mientras los medios de producción sigan siendo privados y la sociedad se mueva sólo por el afán de lucro personal, los grandes problemas de la humanidad no podrán ser remediados. Sólo una visión nueva, basada en los intereses colectivos, puede poner todo ese potencial de la industria moderna al servicio de la totalidad y permitir reales cuotas de beneficios para todos y todas. A esa nueva forma de entender el mundo, a eso lo llamamos socialismo. Y los fundamentos teóricos más fuertes que existen para buscar su concreción, a eso le llamamos marxismo. Si queremos decirlo así: el marxismo encarna el sentimiento generalizado de querer vivir mejor, de ser más felices, todos, sin que esa búsqueda implique ir contra nadie. ¿No tenemos todos ese derecho acaso? ¿No tenemos todos el derecho a vivir con dignidad, de disfrutar la vida, de no ser explotados por nadie, de ser seres libres? ¿No tenemos todos el derecho a ser felices? “Marxismo”, en definitiva, no es sino el sinónimo de esa búsqueda. ¿Por qué habría de estar obsoleta esa idea entonces? Mientras siga habiendo injusticias en el mundo, seguirán las luchas para afrontarlas y terminarlas. El marxismo es la expresión de esas luchas, así de simple. ¿Por qué habría de perder vigencia si el mundo aún sigue siendo profundamente injusto?
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